El 24 de junio de 1990 se dio el único enfrentamiento eliminatorio en copas del mundo entre Argentina y Brasil. Repasamos una de las jornadas más doradas de la historia del fútbol nacional.
Gol de Caniggia ante Brasil en el Mundial Italia 90.
AUDIO: A 32 años del inolvidable gol de Caniggia a Brasil
El único enfrentamiento eliminatorio en mundiales entre Argentina y Brasil
El marco que engloba el único Argentina – Brasil en instancias eliminatorias de Copas del Mundo, no podía ser más dispar en la previa. Por un lado se encontraba la Canarinha, flamante ganadora de su grupo, que llegaba sin ninguna fisura y siendo firme candidato a ganar el Mundial de Italia ’90. Por el otro, se encontraba Argentina, que arañó literalmente una clasificación como mejor tercero, perdiendo en el debut con Camerún, venciendo a la URSS en un partido durísimo e igualando con Rumania, con dudas en todos los sectores (con Bilardo literalmente alterado con la situación, a tal punto de no querer regresar a Buenos Aires en caso de quedar eliminado); y su máxima figura, Diego Armando Maradona, absolutamente diezmada por una lesión en su tobillo que lo tuvo a maltraer durante todo el campeonato mundial. De esta manera, los octavos de final del Mundial de Italia 1990 tenían una final anticipada, con un duelo de altísimo voltaje entre argentinos y brasileños: el que ganaba se quedaba, y el que perdía se volvía. Era a todo o nada.
La previa del Argentina – Brasil en la Copa Mundial de Italia 1990
La situación en la noche previa alcanza una de las tantas anécdotas de Carlos Salvador Bilardo: fue la única vez en la que armaron los bolsos en caso de volverse a Buenos Aires. Nunca lo habían realizado en los dos mundiales que estuvieron bajo el mando del “Narigón”, lo que establecía las preocupaciones anteriores al clásico. La diferencia era muy notoria, y un verdadero cambio de mentalidad podía darle una posibilidad ínfima a la selección argentina, que se enfrentaba a un verdadero monstruo futbolístico, que había demostrado su poderío en la fase de grupos, venciendo a Suecia, Costa Rica y Escocia, recibiendo solo un solo gol, el de Tomas Brolin para el descuento sueco en el debut el día 10 de junio de 1990, a los 34 minutos del segundo tiempo, en el partido que finalizó 2 a 1.
El partido que en cada aniversario se ubica más sólidamente en la historia rica del fútbol nacional, tuvo lugar en el Stadio delle Alpi de Turín: un escenario que había sido inaugurado el 31 de mayo de 1990, y en el cual la Juventus se desempeña actualmente cuando disputa sus partidos en condición de local. El match contó con una asistencia de 61.381 espectadores, y habida cuenta de su desarrollo puede ser considerado como uno de los de desenlaces más insólitos en la historia de los mundiales.
Conducida por Carlos Salvador Bilardo, la Selección Argentina alistó en los octavos de final de Italia 1990 a Goycochea; Monzón, Simón, Ruggeri; Troglio, Giusti, Basualdo, Olarticoechea; Burruchaga, Maradona; y Caniggia. En el segundo tiempo ingresó Calderón.
Brasil, cuyo director técnico era Sebastiao Lazaroni, alistó a Taffarel; Jorginho, Ricardo Gomes, Ricardo Rocha, Branco; Mauro Galvao, Dunga, Alemao; Valdo, Careca y Muller. En la segunda etapa entraron Paulo Silas y Renato Gaucho.
La tarde calurosa en Turín determinó una supremacía total en el arranque del conjunto brasilero: a los diez segundos, ya habían estrellado un remate en el palo. Durante todo el primer tiempo, el dominio verdeamarelho fue tal, que el 0 a 0 al término de los 45 minutos significó una verdadera casualidad beneficiosa para el equipo argentino.
Una de las polémicas del Mundial de Italia 1990: ¿Contenía el bidón de Bilardo una sustancia prohibida?
Llueven las controversias con respecto a esta situación, ya que Bilardo siempre negó haber manipulado el bidón con agua que desató una polémica que perdura hasta nuestros días. Promediando la primera parte, hubo un parate tras una falta a Pedro Troglio, para que los jugadores se refresquen, debido al intenso verano que azotaba a Italia, y que se hacía notar en Turín. Los brasileros afirman que el cuerpo técnico de la selección argentina, bajo idea del entrenador y médico ginecólogo (egresado de la UBA) Carlos Bilardo preparó bidones con Rophynol, un medicamento que produce efectos somnolientos. Lo cierto y fácilmente constatable y observable mediante la televisación, es que Branco, jugador brasileño campeón del mundo cuatro años más tarde en Estados Unidos 1994, tras beber la infusión ofrecida por los jugadores argentinos, literalmente “desapareció” desde lo futbolístico.
Diego Maradona, por su parte, relató su versión de los hechos en el programa televisivo “Mar de Fondo”, programa emitido por TyC Sports en el año 2004, bajo la conducción de Alejandro Fantino: con los auxiliares en cancha, Branco tomó el agua del bidón verde. Las versiones afirman que había marcas en los bidones de la selección argentina.
Y cuando Julio Olarticoechea intenta tomar de los recipientes “marcados”, el ex “10″ le grita “¡Vasco! ¡De ese no! ¡Del otro!”.
“Yo le decía a Valdo: “Tomá Valdito, tomá”. Y después vino Branco y se la tomó toda. Después tiraba los tiros libres y se caía. Cuando terminó el partido, estaban los dos buses juntos. Branco me miraba por la ventanilla y me señalaba, culpándome. Yo le hacía gestos de que no tenía nada que ver. Jugábamos los dos en Italia y teníamos buena relación. Pero a partir de ahí no hablamos más”.
Al finalizar la primera mitad, el entretiempo estuvo signado por el silencio en el vestuario albiceleste, debido al dominio absoluto de su rival dentro del campo de juego, con varios tiros en los palos y una supremacía brasileña notoria. Solo en el retorno de los equipos a la cancha tras el silbato del árbitro francés Joel Quiniou, el entrenador Carlos Salvador Bilardo fue tajante: “Si seguimos dándosela a los de amarillo, vamos a perder”.
El segundo tiempo fue superior para el conjunto brasilero, aunque ya no con el mismo poderío que al inicio del juego, entre otras cosas debido a la “disminución física” de Branco, que dicho sea de paso, disputó los 90 minutos del encuentro, sin solicitar la sustitución.
Finalmente, el destino rompió cualquier tipo de lógica, que ni el más optimista de los espectadores allí presentes, y mucho menos el equipo brasilero, además de los televidentes en todo el mundo, podría llegar a imaginar.
El gol de la victoria argentina ante Brasil en Italia 1990: la magia de Diego Maradona y la inmortalidad de Claudio Paul Caniggia
Cuando el partido llegaba a su fin y era inentendible que Brasil no se hubiera puesto delante en el marcador, sucedió el milagro. A diez minutos del final, llegó lo inesperado: Diego Maradona elaboró una fabulosa jugada regateando entre tres jugadores brasileños y una milimétrica asistencia con el botín diestro que dejó a Claudio Caniggia mano a mano con Taffarel y que el rubio pelilargo nacido en Henderson, provincia de Buenos Aires, rubricó con un rápido movimiento que desairó al arquero y un certero zurdazo a la red, marcando uno de los goles más gritados de la historia del fútbol argentino.
No hubo tiempo para una reacción en el resultado, que finalizó por 1 a 0 para el conjunto nacional y la consecuente clasificación a cuartos de final del Mundial de Italia, donde esperaría Yugoslavia. Fue un desenlace impensado, para un equipo que se fue conformando al pasar de la competencia, llegando a una histórica final, donde cayó con Alemania en el Olímpico de Roma. Brasil se quedaría con las ganas y las manos vacías, sacándose la espina cuatro años más tarde, consagrándose en el Mundial de Estados Unidos 1994.