Cuauhtémoc Blanco fue presentado el año 2000 como nuevo jugador del Real Valladolid después de haber jugado previamente en el América y Necaxa de México. Un internacional mexicano de gran talento que incluso era conocido por su propia jugada marca de la casa: la ‘cuauhtemiña’, que básicamente consistía en atrapar el balón entre ambos pies y saltar con él sujeto para evitar el acoso de un defensor. Normalmente, la utilizaba en jugadas cerca de la línea de banda o del córner.
El delantero internacional mexicano se lanzó a explorar el panorama futbolístico europeo después de haber marcado la asombrosa cifra de 55 goles en solamente 153 partidos en su estancia en la Primera División mexicana.
El paso de Cuauhtémoc Blanco por el fútbol español fue corto, pero intenso, de 2000 a 2002, y solo pudo disputar 23 encuentros debido a la fractura sufrida en un partido de eliminatoria mundialista en el Estadio Azteca contra Trinidad y Tobago, tan solo un mes después de haber iniciado su aventura en Europa. El ídolo del fútbol mexicano tuvo una intensa recuperación y puso mucha voluntad para regresar a la cancha lo más pronto posible.
Una de las anécdotas más relevantes de Cuau en España fue el día que pudo ahogarse en una piscina: «Él era un profesional muy importante, él se tiró a la piscina y cuando volvieron los médicos y el recuperador nos dimos cuenta de que no salía, tuvieron que tirarse a buscarlo; recuerdo que le reclamaron los terapeutas porque no nos dijo que no sabía nadar. Cuauhtémoc Blanco respondió que no importaba, que si a él le decían que tenía que entrar a la piscina lo iba a hacer, porque tenía que trabajar duro para recuperarse, él era un jugador duro que puso mucho de su parte en ese periodo que estuvo con nosotros. Era un jugador de pantalones, el jugador bravo, era un jugador absolutamente diferente y aunque parecía lo contrario, porque físicamente era un poco doblado de espalda, parecía que tenía menos fortaleza de la que realmente tenía. La verdad es que no llegó a triunfar con nosotros porque fue una temporada no muy brillante, pero acabó a un nivel muy alto», explicaba el presidente del conjunto español por aquel entonces, Carlos Suárez.
Si bien, Cuauhtémoc solo marcó tres goles en su estancia en el Nuevo Zorrilla, uno de ellos sigue muy presente en la memoria de los mexicanos. Un tiro libre por encima de la barrera que batió a Iker Casillas en el último minuto para que los pucelanos empataran en el Santiago Bernabéu contra el Real Madrid (2-2).
«En ese partido, los jugadores no se llevaron el pleno en la quiniela porque nosotros empatamos en el Santiago Bernabéu, cuando lo normal hubiera sido que perdiéramos, pero demostraron que tenemos profesionales y jugadores íntegros en nuestras filas. Lo más importante es sacar un punto para nosotros y no estuvieron pensando en que siendo el último partido de la jornada tenían la quiniela hecha», concluyó Suárez. Los ganadores de aquella quiniela, que el Valladolid se quedó a 1 minuto de ganar, se llevaron 800 millones de pesetas, en ese entonces (2001) equivalentes a 100 millones de pesos mexicanos. «Me querían matar en el vestidor. Me decían ‘Pinche mexicano, nos jodiste la quiniela’. Pero la culpa es de ellos, le hubieran puesto mínimo un empate. Además, yo también perdí mis 30 Euros», contó entre risas el delantero.