A 10 meses de la desaparición, Gendarmería y la Policía Federal realizan nuevos rastrillajes en un descampado que está cerca de la casa de la nena.
En el marco de la investigación por la desaparición de Guadalupe Lucero, la nena de 6 años vista por última vez el 14 junio del 2021 en el barrio 544 viviendas de San Luis, la justicia federal ordenó una serie de nuevos rastrillajes en San Luis, con más de 100 efectivos.
Desde la desaparición de la nena se manejaron varias hipótesis que fueron desde un secuestro extorsivo, pasando por un caso de trata de personas, hasta una venganza contra la familia, pero ninguna avanzó. Pero en las últimas horas, volvió a tomar fuerza una de las primeras teorías que se barajaron que consiste en que Guadalupe haya sufrido un accidente jugando en el descampado que está frente a la casa de tu tía.
Esta hipótesis reactivó la búsqueda y está abonada por dos puntos claves: en primer lugar, una revisión del accionar de la policía de San Luis durante los primeros rastrillajes. Al parecer, la Justicia federal detectó varias inconsistencias y errores de procedimiento, lo que lleva a pensar que se podrían haber pasado por alto algunos datos significativos.
Por otra parte, la declaración en cámara Gesell de una amiga de Guadalupe que estuvo con ella la noche de la desaparición, que no participó del cumpleaños familiar. Según trascendió, la nena regresó a su casa con la ropa llena de barro y mencionando algo sobre su amiga.
Para los investigadores lo que hay detrás de esta desaparición hay “un juego que se salió de control” lo que derivó en el desenlace fatal. En este sentido, el papá de Guadalupe contó que era “una nena audaz”, que solía ir a explorar y no tenía miedo, aunque tiene dudas sobre si podría haberse alejado tanto de la casa.
Cómo son los nuevos rastrillajes
El lunes se conoció oficialmente que 100 efectivos de Gendarmería llegaron a San Luis para llevar adelante un operativo exhaustivo en la denominada “zona 0″, un descampado cercano al Barrio 544 Viviendas y a la Autopista de las Serranías Puntanas donde desapareció la pequeña.
En ese sentido, el abogado del padre de Guadalupe, Héctor Zabala, afirmó que frente al paso del tiempo “la peor decisión es no realizar un nuevo rastrillaje usando otro tecnología”.