En lo que va del año acumula 16,1% y en los últimos 12 meses registra un 55,1% de incremento. La cifra igualó al máximo registrado en el comienzo del gobierno de Mauricio Macri, medido por el IPC Congreso. Prevén un 5% para abril y el Gobierno busca evitar que el dato anual supere el 60 por ciento.
La inflación de marzo fue de 6,7% y fue así la cifra mensual más alta en los últimos 20 años, informó este miércoles el Indec. De esta manera, la suba de precios acumulada en el primer trimestre del año fue de 16,1% y en los últimos doce meses alcanzó el 55,1 por ciento.
El índice de precios de marzo volvió a mostrar una fuerte aceleración en relación con febrero, en que el IPC había sido de 4,7% con un incremento muy pronunciado de los alimentos, de 7,5 por ciento. Para el tercer mes del año, los productos comestibles y bebidas tuvieron una suba mensual de 7,2 por ciento.
La cifra dada a conocer este miércoles por el organismo estadístico ubica así a marzo entre las inflaciones mensuales más altas del siglo. La más elevada fue la de abril de 2002 (10,4%) como efecto de la crisis desatada un mes antes y el inicio de la salida de la convertibilidad que incluyó una devaluación del peso.
Más atrás se registran el 6,7% de abril de 2016, de acuerdo al IPC Congreso, confeccionado por las principales consultoras económicas del país y tomado como referencia por todos los actores económicos. El Indec aún no había reestablecido la medición del IPC nacional tras el fin de la intervención del organismo durante el kirchnerismo y eligió publicar como indicadores alternativos el IPC de la Ciudad de Buenos Aires (6,5%) y de San Luis (3,4 por ciento). El IPC actual se reanudó en mayo de 2016. También se destacó el 6,5% de septiembre de 2018, luego de un fuerte episodio devaluatorio el mes anterior.
El Gobierno ya admitía para marzo una cifra por encima del 6 por ciento. El Poder Ejecutivo atribuye el salto de los precios de los últimos dos meses a la crisis en los valores internacionales de los alimentos y la energía como consecuencia de la guerra en Ucrania, y enumera otras economías desarrolladas que también experimentan sus números de inflación más altos en décadas. La Argentina, de todas formas, ya registra un problema de inflación creciente hace al menos 15 años al considerar solo este siglo.
La inflación de marzo se dará en condiciones distintas a picos anteriores. El dólar no aparece como un elemento decisivo en la evolución de los precios y todavía no se activó una parte importante de los aumentos de tarifas previstos en el programa económico acordado con el FMI.
El nuevo pico de suba de precios que se registró en marzo se dará en condiciones distintas. El dólar no aparece como un elemento decisivo en la evolución de los precios. De hecho, acumula un retroceso sostenido al observar los valores paralelos del tipo de cambio luego del acuerdo con el FMI. El dólar blue, por ejemplo, es actualmente más barato que el “solidario”.
Además, todavía no se activó una parte importante de los aumentos de tarifas previstos en el programa económico acordado con ese organismo, lo que representará, más a mitad de año, una fuente adicional de presión sobre el ritmo de precios. A pesar de esa situación, algunas consultoras estiman que la primera parte del año será la que tenga los números de inflación más críticos y que debería tender a desacelerar en la segunda mitad, aunque siempre por encima de un piso de 3,5% mensual, según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central.
Para marzo, eran pocas las consultoras que esperaban un salto de precios tan fuerte como el que se dio. El dato más alto de inflación para marzo había sido el que arrojó el Índice Estadístico de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), el cual había estimado que la inflación se disparó al 6,8%, impulsada por los precios de los alimentos, que crecieron hasta 9% durante ese mes.
De acuerdo con el relevamiento de precios minoristas de C&T Asesores para Gran Buenos Aires, en marzo se había registrado un aumento promedio mensual de 5,4 por ciento. A su vez, la variación de los últimos 12 meses alcanzó el 53,6 por ciento. Para la consultora, en marzo se combinaron incrementos estacionales habituales con el descongelamiento de varios precios y los efectos del conflicto en Ucrania. Educación fue el rubro de mayor aumento mensual, algo que sucede todos los marzos por el comienzo de las clases.
Según Focus Market, la inflación se aceleró con un piso del 5% para el tercer mes del año, mientras que los capítulos de Transporte, Educación, Salud, Alimentos y Bebidas y Vivienda estuvieron por encima del indicador general superando todos los casos el 5% de inflación mensual. Desde Empiria indicaron que el índice de precios general cerró marzo por encima del 5% con fuerte impulso de alimentos y como consecuencia también de las correcciones tarifarias y la suba de combustibles que se concretó este mes.
Para abril los primeros números no son muy alentadores. Las consultoras proyectan que la suba de precios de abril estén por encima del 5 por ciento. Es el caso de Eco Go, que calculó una inflación de 5,5% con alzas en categorías como vivienda, educación y salud, impulsadas por aumentos en expensas (cerca del 20%); prepagas (6%), trabajadoras de casas particulares (12%) y colegios de la Ciudad de Buenos Aires (9 por ciento).
Para abril los primeros números no son muy alentadores. Las consultoras proyectan que la suba de precios de abril estén por encima del 5 por ciento.
Las expectativas del Gobierno para este año fueron cambiando a medida que aceleró el ritmo de precios. En un principio, el acuerdo con el Fondo Monetario previó una proyección de inflación para este año de entre 38 y 48%, es decir algunos puntos porcentuales por detrás del 50,9% con que finalizó el 2021. Luego pasó a un objetivo más modesto de poder terminar con un dato anual similar al del año pasado. Ya el dato de febrero hizo volar todas las previsiones y el arco se corrió. La nueva “meta” del Poder Ejecutivo es tratar de evitar que la escalada lleve a la inflación por encima del 65%, un escenario ya posible entre algunas consultoras.
El ministro de Economía Martín Guzmán comenzará a discutir con las autoridades del Fondo Monetario, la semana que viene en la asamblea del organismo en Washington, el recálculo de algunas de las variables incluidas en el acuerdo y que, por la nueva situación internacional, quedaron ya desactualizadas apenas comenzó la vigencia del programa. La inflación y el sendero de recorte de subsidios son algunas de ellas.
“Guerra contra la inflación y tironeos internos”
El peor dato de inflación en años llega en medio de una interna cada vez más explícita en el Frente de Todos sobre la dirección que debe tomar la política económica y en la que el sector oficialista que responde a Cristina Kirchner pide, de forma más o menos elíptica, la salida de los principales funcionarios del equipo económico de Alberto Fernández: Martín Guzmán y Matías Kulfas.
En ese ajedrez discursivo que juegan desde ambos lados, aparecen otros nombres en el tablero y que toman relevancia en medio de una discusión que también incluye diagnósticos distintos sobre cómo combatir la inflación y su origen. El secretario de Comercio Interior Roberto Feletti y el gobernador bonaerense y ex ministro de Economía Axel Kicillof se muestran, a su modo, como los funcionarios que encarnan una visión opuesta a la que lleva adelante Guzmán.
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Por un lado, el secretario de Comercio Interior dijo que las políticas que están bajo su ala son solo una parte menor de la política oficial y que un sendero de baja de la inflación requeriría políticas macroeconómicas más claras y lineamientos que anclen las expectativas.
Por su parte, Guzmán, en público, defendió su arsenal de medidas de ese tipo (tasa de interés en coordinación con el BCRA, déficit y financiación del déficit vía emisión monetaria) pero este lunes salió a pedir con un fuerte mensaje, no tan habitual en su registro, el apoyo político de la coalición de gobierno para darle credibilidad al programa económico consensuado con Washington.
El ministro de Economía fue directo el lunes en declaraciones televisivas, su primera aparición pública en medio de las versiones de recambio ministerial. Hubo dos frases centrales hacia la interna oficial: “Lo importante es gestionar en línea con lo que traza el Gobierno. Gestionaremos con gente alineada con este rumbo”.
El peor dato de inflación en años llega en medio de una interna cada vez más explícita en el Frente de Todos sobre la dirección que debe tomar la política económica
La segunda, sin nombrarlo, fue un tiro por elevación a Feletti, quien suele defender la idea de subir retenciones a los granos aún luego de que Guzmán descartara en público esa posibilidad. “Es importante que los funcionarios estén alineados con lo que se decide. No decir cosas que generen incertidumbre sobre decisiones que ya se tomaron”, disparó el jefe del Palacio de Hacienda.
El secretario de Comercio Interior apareció el martes por la tarde en un acto en la localidad de Ensenada junto al gobernador bonaerense Axel Kicillof, lo que implicó un respaldo de la línea kirchnerista del Frente de Todos a Feletti. En ese palco también estuvieron el ministro de Desarrollo de la Comunidad Andrés “Cuervo” Larroque y el ministro de Producción bonaerense Augusto Costa.
El mandatario provincial elogió las políticas de canastas y precios de referencia de la Secretaría de Comercio Interior y prometió un plan para fiscalizar con ayuda de los intendentes de los 135 municipios de la provincia. “El alimento y la energía definen en nivel de salario en la Argentina. Si hay especulación, no hay mercado interno, no hay vida. Todas las políticas de ingresos por más potentes que sean, se estrellan”, dijo Feletti como una declaración de principios.
El presidente Alberto Fernández declaró a mediados del mes pasado el inicio de la “guerra” contra la inflación, justo horas antes del 4,7% de febrero que marcó el Indec. A casi un mes de comenzada esa etapa, son pocas las medidas que tuvieron ya una concreción: solo lo hicieron las nuevas canastas de precios como Precios Cuidados, la nueva de cercanía, y los valores acordados para carne y verduras.
Pero otras medidas como la anulación de aumentos de precios que la secretaría considera “injustificados” para 1.700 productos y la implementación del fideicomiso del trigo, con el que apunta a subsidiar -con los ingresos del aumento de retenciones para aceite y harina de soja- el precio de la fabricación con harina de trigo y que eso “derrame” en valores más bajos en productos como el pan o los fideos.